Con esta misión que tenemos encomendada, siempre os estamos hablando de la importancia del medio ambiente y de su cuidado. ¡Es nuestra casa! Sin embargo, hacía ya tiempo que no hacíamos actividades estando en contacto con la naturaleza. ¡Y qué ganas tenemos! Así que a los Nadurines se nos ha ocurrido que podemos plantar legumbres para que veáis de cerca cómo funcionan las plantas. ¿Os apetece probar con nosotros?

Qué nos enseñan las plantas

Lo ideal, y lo que nos encantaría, es tener un amplio y precioso huerto donde plantar todo tipo de frutas y verduras. ¿Os acordáis del poder de las plantas? ¡Qué ilusión tan grande es ver cómo crece aquello que cuidas a diario! Sin embargo, como sabemos que muchos vivís en pisos, o aunque estéis en una casa no disponéis de una huerta, tenemos una alternativa para hacer nuestro experimento de plantar legumbres. 

Pero antes de explicároslo, tenéis que saber que en la naturaleza todo sucede a su propio ritmo. Por lo tanto, su forma de vida dista mucho de la que actualmente tienen los humanos. En ella, por mucha prisa que tengas, no te va a servir de nada. ¿Por qué? Pues por algo muy sencillo; lo que deba suceder, sucederá cuando deba hacerlo. ¿Os habéis hecho un lío?

Lo que viene a significar es que nuestra pequeña planta crecerá cuando su raíz tenga la fuerza suficiente. O si lo que queréis es ver flores, estas aparecerán cuando el tiempo sea el adecuado para ellas. Es una bonita lección que podéis aplicaros a vuestra vida. 

Si estáis aprendiendo algo, los resultados no sucederán de la noche a la mañana, sino que es necesario un poco de tiempo (¡y sobre todo paciencia!). Así que os recomendamos que aprendáis a controlar la frustración que sentís y entender que nuestras emociones no harán que las cosas vayan más deprisa. ¡Solo conseguiremos estar nerviosos o tristes!

Cómo plantar legumbres

Y ahora que sabes que lo primero que vas a necesitar para plantar legumbres es una pequeña dosis de paciencia, ¡ya podemos comenzar! Lo que vas a necesitar es un vaso de cristal pequeño. Puede ser alguno de los que usas para beber o esos que a veces traen los yogures. Si la base es ancha, el siguiente paso te resultará más cómodo. 

Cuando lo hayas limpiado bien, cogeremos un trozo de algodón y algunas legumbres. Por ejemplo, lentejas, judías o garbanzos. ¡Pero elige solo una! Las primeras son las más sencillas, así que es nuestra recomendación. 

Debes humedecer (¡no empapar!) el algodón y colocarlo en el fondo del vaso. En el centro del algodón colocarás cinco o seis lentejas y o dejaremos cerca de una ventana donde pueda darle la luz. Aquí es importante que veas la diferencia entre estar al sol y a la luz. Los rayos directos del sol secarían el algodón en exceso; por eso, solo necesita que sea un lugar luminoso.  

Cada día, deberás comprobar el estado del algodón, y si está seco, echar algunas gotitas de agua para que se mantenga siempre húmedo. Tanto si te excedes con ella como si tus lentejas pasan sed, no aparecerán los tallos. ¡Tómatelo como un reto! 

Si tu experimento de plantar legumbres va bien, deberías ver los resultados al cabo de unos pocos días. Cuando crezcan, se dice que las lentejas habrán germinado. En ese momento, estarán listas para pasar a una maceta o llevarlas a tu huerto si lo tienes. 

¿Te animas a plantar tus propias legumbres?