Papá Noel no llega a Nochebuena | ¡Nadurines al rescate!
¡Por fin estamos en diciembre! Y...¿sabéis lo que eso significa? ¡Que ya se acerca la Navidad! A estas alturas es más que probable que ya hayáis montado el árbol, que disfrutéis de la iluminación de las calles y que estéis redactando la carta para Papá Noel o los Reyes Magos. ¡Si es que ya queda muy poco tiempo!
Nosotros, los Nadurines, también estamos con los preparativos, y de hecho, hemos tenido la oportunidad de ayudar a Papá Noel. Pero, ¡shhhh!, ¡es un secreto! Ha tenido algunos imprevistos preparando los trineos y por un momento pensamos que no sería capaz de llegar a vuestras casas con los regalos. ¡Pero no os preocupéis! Ya está todo solucionado y, aunque haya sido por poco, los trineos podrán aguantar la vuelta al mundo entero.
Una llamada inesperada
Todo comenzó en una fría tarde en la que estábamos en casa buscando algo con lo que entretenernos. Ya estamos acostumbrados a pasar tiempo en ella, pero era de esos días en los que apetece salir a dar una vuelta. ¡Y, entonces, ocurrió lo inesperado! ¡Recibimos una llamada del mismísimo Papá Noel!
Había oído hablar de nuestra misión que implica a los niños y niñas de todo el mundo, y que busca que todas las personas del planeta convivan en armonía entre ellas y para con el entorno que les rodea. Como todo lo que él hace también se centra en niños y niñas, ¡quién mejor que nosotros para contactar!
Después de pensar que era una broma y de nuestra alegría al comprobar que era cierto (tuvimos que enviar a Sally a hacer algunas comprobaciones), nos contó lo sucedido. Estaban probando los trineos para Nochebuena y de repente comenzó a nevar. ¡Pero no fue como cualquier otro día! Nunca habían visto nevar así, y el resultado fue que los trineos se quedaron tan enterrados, que no eran capaces de sacarlos ni con la ayuda de los duendes. ¡Teníamos que ir al rescate!
Manos a la nieve
Rudolph, el de la nariz roja que les guía por el cielo, vino a recogernos en un pequeño trineo que tenían para las emergencias, y como somos pequeños, entramos todos sin problemas. ¡Qué apasionante atravesar el mundo con tanta rapidez!
Cuando llegamos al Polo Norte, lo que nos encontramos fue desolador. ¡Todo estaba cubierto de nieve! Pero como quizás recuerdes, cada una de nosotros es hijo de uno de los elementos de la naturaleza: tierra, agua, fuego y viento. ¡Y qué mejor ocasión que utilizar nuestra fuerza para ayudar a Papá Noel! Así que rodeamos al trineo enterrado y cada uno llamó con fuerza a su padre y madre.
Petra, hija del fuego, gritó: ¡Llamo al calor de mis padres para que consigan derretir toda esta nieve!
Nil, hijo del agua, respondió: ¡Y yo le ordeno a esta nieve, que no es más que agua, que se derrita ante el fuego por el bien de los niños y niñas del planeta!
Neala, hija de la tierra, le dijo: ¡Yo te pido, madre, que nos devuelvas a estos trineos enterrados para que Papa Noel pueda cargarlos de regalos! a, le dijo: ¡Yo te pido, madre, que nos devuelvas a estos trineos enterrados para que Papa Noel pueda cargarlos de regalos!
Y Malik, hijo del viento y que ya se había quedado dormido, soñó que una ráfaga de viento envolvía a los trineos y les sacaba de la nieve.
¡Lo hemos conseguido!, gritaron todos a la vez. ¡Somos un auténtico equipo! Y como agradecimiento a nuestra ayuda, Papa Noel nos entregó un regalo a cada uno, que ya colocamos bajo nuestro árbol y que abriremos en Nochebuena. ¿Tenéis ya vosotros todo preparado para la gran noche?
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