El poder de la Navidad para acabar con todo lo malo que nos rodea

Todos tenemos la capacidad para hacer algo especial, que será aquello que nos caracteriza. A esto le llamamos nuestro don o nuestro poder. De igual modo, cada etapa del año tiene el suyo propio. En este caso, el poder de la Navidad es el de hacernos mejores personas y acabar con todo lo malo en el mundo.

Cuál es el poder de la Navidad

Ya hemos hablado del poder de las plantas y del poder de la felicidad y la ilusión. Hoy, debido a la época en la que nos encontramos, es el momento perfecto para hablar del poder de la Navidad. ¡Las semanas con más magia de todo el año!

Cuando llega diciembre, a todos y a todas nos entra la necesidad de hacer el bien. El planeta es un lugar lleno de conflictos, preocupaciones e indiferencia. Sin embargo, como niños y niñas sabéis, también puede ser muy especial si lo miramos con otros ojos. Se trata de la mirada de la compasión, el amor y la bondad.

Y es gracias a ellas como podremos ayudar, no solo al planeta, sino también a nuestro querido Darwin. Recordad que hemos pedido a Papá Noel y a los Reyes Magos que unan sus fuerzas para difundir el mensaje. No podemos permitir que nosotros tengamos nuestros poderes y él no. ¡La Navidad es la mejor época para ayudar!

Por eso, debemos aprovechar el poder de la Navidad para compartir nuestras emociones positivas con quienes nos rodean. Pero tenemos que recordar que la forma más efectiva de lograr algo es mediante el ejemplo. Por lo tanto, debemos enseñar a los demás cómo con nuestras propias acciones.

Cómo utilizar el poder de la Navidad

Si no tenéis claro cómo utilizar el poder de la Navidad, os dejo algunas sugerencias para que os sea más fácil hacer que todo lo malo se vaya. Todo empieza desde nosotros mismos, y después de ahí, desde casa. Así que es en nuestro hogar donde mejor podremos repartir buenos sentimientos.

Cuando pedimos algo, recuerda que debemos pedirlo por favor, y a continuación, dar las gracias. Esto también funciona así cuando nos piden a nosotros algo. La educación y el resto van en ambas direcciones. Algo tan sencillo como agradecer algo con una sonrisa puede hacer felices a más personas de las que creemos.

El poder de la Navidad incluye también ayudar a los demás, así que es hora de colaborar. Si hay que recoger cosas en casa, preparar la mesa para las cenas o nuestros hermanos y hermanas necesitan algo, debemos participar. ¡Recuerda que todos somos un equipo!

También, debemos demostrar que con el poder de la Navidad deben acabarse las discusiones. A todos nos gusta reírnos y sentir el cariño de los demás. Entonces, ¿por qué perder el tiempo enfadados? Piensa siempre si es mejor jugar y divertirse o discutir. Es normal que a todos nos molesten cosas, ¡pero con el poder de la Navidad lograremos que sean menos importantes!

Seguro que además de estos ejemplos, se te ocurren muchas formas de hacer que todo lo malo se vaya. ¡Y recuerda que eso incluye a cómo tratamos al planeta! Pide solo aquellos juguetes que más desees y protege así los recursos de la Tierra. ¡Activa el poder de la Navidad!