La supervelocidad para ayudar al planeta
La supervelocidad para ayudar al planeta
Hace muy poco hemos celebrado el día mundial del deporte. En ese día se aprovecha para recordar la importancia de mantenernos activos y practicar algún tipo de actividad física con regularidad. Hemos querido aprovechar un concepto que siempre asociamos al deporte para recordar también nuestra obligación de ayudar al planeta. ¿Adivinas de qué hablamos?
Qué podemos aprender del deporte
El deporte o las actividades físicas que desarrollemos, como por ejemplo el baile, que está considerado un arte y no un deporte, pueden servirnos para sacar lecciones importantes. La principal que se extrae de todo lo que hemos escuchado es que aquello que no se cuida, se estropea.
Cuando lo aplicamos a nuestro cuerpo, movimientos sencillos como subir una calle cuesta arriba o dar un paseo por la montaña pueden resultar muy difíciles de hacer. Además de estas dificultades, empezamos a tener problemas físicos y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades graves. Probablemente has oído hablar de los infartos al corazón. Este es solo uno de ellos.
Pero no todo le sucede al cuerpo, también el estado de ánimo o la autoestima, que es el amor que sentimos hacia nosotros/as mismos/as se ve perjudicado. Hacer deporte nos ayuda a desconectar nuestra mente de las actividades cotidianas, como el cole o el trabajo cuando somos adultos.
¿Y qué tiene que ver todo esto con nuestra misión de ayudar al planeta? Pues mucho. Sabemos que una de las aptitudes que más se valoran en muchos deportes es la velocidad, y esta es también fundamental si queremos que no sea demasiado tarde para cuidar a la Tierra.
Cómo utilizamos estas lecciones para ayudar al planeta
La Tierra es el único lugar que tenemos para vivir, tal y como sucede con nuestro cuerpo. Si no nos cuidamos, o no cuidamos al planeta, la historia no puede terminar bien. Como hemos hablado de la velocidad, queremos que tengas en cuenta que en nuestra misión, el tiempo también es importante.
El plástico es uno de los mayores males que el ser humano ha podido inventar como embalaje. Aunque es muy cómodo e higiénico, tarda muchísimo tiempo en destruirse, y su existencia es perjudicial para muchas especies animales que lo comen por error.
La velocidad a la que el uso del plástico ha crecido es tan grande, que necesitamos triplicarla si queremos ayudar al planeta y a nuestra propia supervivencia como especie. Pero nosotros, niños y niñas, tenemos muchos superpoderes, y la supervelocidad para ayudar al planeta es uno de ellos.
Tenemos la capacidad de aprender muy rápido, y por eso, podemos transformar nuestros hábitos en poco tiempo. Como detectives en nuestra misión de ayudar al planeta, debemos compartir todo lo que hemos aprendido con las personas adultas, para que ellos puedan desarrollar también la supervelocidad para ayudar al planeta.
Para quienes piensen que la Tierra no está sufriendo, solo deben acercarse a cualquier playa o montaña por la que pasen personas, y observar la cantidad de residuos o plásticos de pequeño tamaño que hay. ¡El momento para ayudar al planeta es ahora!
Ayudar al planeta es una labor muy sencilla y de la que todos y todas somos responsables. Y gracias a nuestros supervelocidad seremos capaces de dar marcha atrás a todo el mal que hemos causado. Cuida tu cuerpo, cuida tu casa y cuida la Tierra. ¡No tenemos más que uno!